Internet es para todos, incluso para las personas con alguna discapacidad y si tenemos una web, es nuestra responsabilidad adaptarla para mejorar sus accesibilidad. Imagina por un momento que no pudieras usar el ratón o que tuvieras problemas de visión. ¿Podrías usar tu propia web sin problemas? Si la respuesta es no, tranquilo, estás en el lugar adecuado. Hoy vamos a hablar sobre cómo mejorar la accesibilidad de tu web y por qué es tan importante.
Qué es la accesibilidad web y por qué debería importarte
La accesibilidad web no es más que hacer que tu sitio sea fácil de usar para todo el mundo, incluyendo a personas con discapacidades.
Pero ojo, no solo hablamos de gente con problemas de visión o movilidad. También incluye a personas mayores, gente que usa el móvil con una sola mano o incluso alguien que está navegando con una conexión lenta.
En cualquier caso, si tienes un hosting y un sitio web, es algo que debes de revisar y realizar las modificaciones pertinentes.
¿Y por qué es importante? Pues porque:
Llegas a más gente: Al hacer tu web accesible, abres las puertas a un montón de usuarios que antes no podían navegar cómodamente.
Mejoras la experiencia de todos: Las técnicas de accesibilidad suelen hacer que la web sea más fácil de usar para todo el mundo.
Es lo correcto: Todos merecemos poder acceder a la información y servicios online.
Puede ser obligatorio: En algunos países, ciertas webs están obligadas por ley a ser accesibles.
Cómo mejorar la accesibilidad de tu web
1. Estructura tu contenido de forma clara
Imagina que estás leyendo un libro. Si todos los capítulos estuvieran mezclados sin orden ni concierto, sería un caos, ¿verdad?
Pues con tu web pasa lo mismo. Una buena estructura ayuda a todos los usuarios, pero especialmente a aquellos que usan lectores de pantalla.
¿Cómo puedes hacerlo?
Usa encabezados (H1, H2, H3...) de forma lógica: No saltes de H1 a H4 sin razón. Sigue una jerarquía.
Crea párrafos cortos y concisos: Nadie quiere leer un muro de texto largo y sin ningún tipo de atractivo para el lector.
Utiliza listas cuando sea apropiado: Como esta que estás leyendo ahora, pero tampoco hay que abusar. Usa este recurso cuando sea necesario.
2. Haz que tu contenido sea fácil de leer
No se trata solo de qué dices, sino de cómo lo dices. Un texto claro y sencillo ayuda a todo el mundo, desde personas con dislexia hasta alguien que está aprendiendo el idioma.
Puedes usar las pruebas de legibilidad Flesch para comprobar la facilidad del nivel de lectura, aunque esto siempre es subjetivo y no hay que tomarlo "a pies juntillas", puede ser una referencia.
Por ejemplo, el plugin de WordPress Yoast SEO incluye esta prueba en su análisis de escritura, para que sepas, cómo estas escribiendo.
Algunos consejos:
Usa un lenguaje claro y directo: Evita los tecnicismos si no son necesarios.
Explica las abreviaturas: No des por hecho que todo el mundo las conoce.
Usa un buen contraste de colores: El texto gris claro sobre fondo blanco es un no-no.
3. Cuida tus imágenes
Las imágenes pueden ser geniales para explicar conceptos, pero ¿qué pasa si alguien no puede verlas? Aquí es donde entra en juego el texto alternativo o alt text.
¿Cómo hacerlo bien?
Añade texto alternativo (alt text) a todas las imágenes: Describe lo que se ve, pero sin pasarte. Por norma general, ponlo en todas las imágenes que publiques, una breve descripción de 3 o 5 palabras suele ser suficiente.
Si la imagen es decorativa, déjalo vacío: Los lectores de pantalla lo saltarán, pero también puedes poner un texto alternativo indicativo, por ejemplo, "imagen de cabecera", así lo tendrán más claro.
En imágenes complejas, usa descripciones largas: Puedes ponerlas en el texto cercano a la imagen.
4. Haz que tu web sea navegable con teclado
No todo el mundo puede usar un ratón. Algunos usuarios navegan solo con teclado, ya sea por preferencia o por necesidad.
¿Qué puedes hacer?
Asegúrate de que se puede acceder a todo con el teclado: Prueba a navegar por tu web solo con el tabulador.
Añade saltos de navegación: Permiten ir directamente al contenido principal.
Usa un indicador de foco visible: Que se vea claramente dónde está el usuario cuando navega con teclado.
5. No te olvides de los formularios
Los formularios pueden ser un dolor de cabeza si no están bien diseñados. Y si hablamos de accesibilidad, la cosa se complica aún más.
Algunos trucos:
Usa etiquetas (labels) claras: Que se entienda qué hay que poner en cada campo.
Agrupa los campos relacionados: Usa fieldsets y legends para darle sentido y mejorar la visualización.
Marca claramente los campos obligatorios: Y no solo con un asterisco, explica qué significa ese asterisco o la indicación que añadas.
6. Piensa en el contenido multimedia
Videos y audios son geniales, pero no todo el mundo puede disfrutarlos de la misma manera.
¿Qué puedes hacer?
Añade subtítulos a tus videos: No solo para personas sordas, también para quien está en un lugar ruidoso, no quieren molestar o necesitan privacidad.
Proporciona transcripciones: Tanto para audios como para videos. Son muy útiles en muchos casos.
Evita que se reproduzcan automáticamente: Puede ser molesto y desorientador, además, no sirve para nada. Si alguien quiere ver uno vídeo, lo verá, no tienes que forzar a nadie a hacerlo.
7. Haz que tu web sea responsive
En estos tiempos, la gente accede a internet desde todo tipo de dispositivos. Una web que solo funciona bien en ordenador es una web a medias.
Consejos para lograrlo:
Usa un diseño flexible: Que se adapte a diferentes tamaños de pantalla.
Prueba en varios dispositivos: No solo en tu móvil, pide a amigos que la miren en los suyos.
Piensa en la orientación: Tu web debe verse bien tanto en vertical como en horizontal.
8. No te olvides del contraste y el color
El color puede ser tu aliado o tu enemigo en términos de accesibilidad. Un buen uso del color mejora la legibilidad y la experiencia de usuario.
Algunos puntos a tener en cuenta:
Usa un contraste adecuado: Especialmente entre el texto y el fondo. Tienes cierto margen de maniobra, pero recuerda que sobre todo, tiene que verse bien.
No confíes solo en el color para transmitir información: Usa iconos o texto adicional para complementar la información.
Ten en cuenta el daltonismo: Evita combinaciones problemáticas como rojo y verde. Las personas daltónicas tienen dificultades para distinguir ciertos colores. Piensa en los símbolos de emergencia, que suelen ir en colores de rojo con amarillo, para que no quede ninguna duda.
9. Testea, testea y vuelve a testear
La accesibilidad no es algo que hagas una vez y te olvides. Es un proceso continuo de mejora y de prueba y error hasta encontrar la configuración óptima.
¿Cómo puedes asegurarte de que vas por buen camino?
Usa herramientas de evaluación automática: Hay muchas online y gratuitas.
Pide feedback a usuarios reales: Nada mejor que la experiencia de primera mano.
Conclusión
Mejorar la accesibilidad de tu web no es algo que se haga de la noche a la mañana. Es un proceso continuo de aprendizaje y mejora. Pero cada pequeño paso que das hace que internet sea un lugar más inclusivo y accesible para todos.
Recuerda, la accesibilidad no es solo para un grupo específico de usuarios. Al hacer tu web más accesible, la estás mejorando para todos. Así que, ¿por qué no empiezas hoy mismo? Tu futuro yo (y tus usuarios) te lo agradecerán.
Y tú, ¿qué pasos vas a dar para hacer tu web más accesible? ¿Tienes alguna experiencia que quieras compartir? Cuéntanos en los comentarios, ¡estamos deseando leer tus ideas!