Un servidor virtual privado, más conocido popularmente como VPS, es un SO virtual ejecutado en un servidor físico. A diferencia del alojamiento compartido, tienes un determinado espacio independiente dentro de un servidor físico, con una serie de recursos asignados exclusivamente para ti. Se trata por tanto de un espacio de trabajo virtual e independiente que se encuentra dentro de un servidor físico.
Los servidores VPS funcionan a través de la tecnología VPS denominada Virtuozzo de Parallels. Una tecnología cuya principal función es la generación de un determinado número de particiones autónomas en un único servidor físico. Son particiones totalmente independientes unas de otras, de modo que cada una de ellas dispone de un sistema de archivos propio, así como de software y recursos.
De esta forma, todos los recursos del servidor físico se reparten equitativamente entre las distintas particiones, servidores VPS. Desde el punto de vista operativo son servidores dedicados. Sin embargo, cada cliente no cuenta con un servidor físico en exclusiva para él, sino con un hosting reservado dentro de esta unidad.
Así, el servidor VPS se queda a medio camino entre el alojamiento compartido y el servidor dedicado. Son muchísimas las situaciones en las que un usuario o una determinada compañía debe apostar por un servidor de este tipo. Por un lado, cuando el alojamiento compartido se queda pequeño y ya no es capaz de responder a las necesidades ni al tráfico del sitio web en cuestión. Por otro lado, en cierta manera relacionado con el punto anterior, cuando el sitio requiere de una mayor velocidad y aislamiento.
Y, por último, cuando se necesitan poner en marcha varios dominios.
Una de las características que definen al VPS Server es que cada cliente puede escoger el sistema operativo que más le convenga. Así, podemos encontrarnos con Windows VPS Server, VPS Linux Hosting y VPS Ubuntu, entre otros. Sobre cuál de estos es mejor opción, depende básicamente del uso que se le vaya a dar. Si se va a hacer uso de aplicaciones de Microsoft, la mejor opción es Windows; si, en cambio, si se prefieren implantar tecnologías libres, la mejor opción disponible es Linux.
Existen diversos planes de alojamiento, dependiendo siempre de las capacidades del VPS que se desea utilizar, ya que hay que tener en cuenta que no todos los proyectos tendrán las mismas necesidades, por lo que se necesita siempre dispone de cierto margen con los recursos empleados. En Axarnet, para VPS Administrados, tenemos los siguientes:
Configurar un VPS no es en absoluto complicado si sigues los pasos del proceso de forma ordenada.
En los próximos apartados explicamos cuáles son los primeros paso a seguir para la configuración de un servidor virtual privado.
Existen diferentes formas de establecer conexión con un sitio web, más allá del propio navegador. Una de las opciones más recurridas es el Protocolo de Transferencia de Archivos, FTP. Realmente resulta útil, pero no permite emitir ningún tipo de comando al servidor. Para ello, es necesario utilizar el acceso Secure Shell, SSH, que ofrece acceso a servidores remotos y con el que se pueden emitir comandos.
Si te preguntas por los usos de un VPS, lo cierto es que son muy diversos. Actualmente son los servidores más utilizados como alojamiento web por empresas de todo el mundo. La principal ventaja que aportan es que cuentan con un grado de codificación encriptado notablemente superior al de un hosting compartido. Además, el VPS permite tener un escritorio en la nube para aquellas compañías que manejan una cantidad moderada de datos.
Claro que los usos para un VPS no se limitan al alojamiento web. Estos son algunos de los más frecuentes.
Para entender qué es un Servidor Virtual Privado, merece la pena señalar en primer lugar los diferentes tipos de servidores que existen. Podemos clasificarlos en tres grandes grupos.
Por un lado, el alojamiento compartido, (perfecto para proyectos pequeños), consiste en un servidor físico en el que se alojan una cantidad determinada de sitios web y dominios. Se caracteriza porque los recursos son compartidos por todos los clientes, no existe ninguna partición independiente para cada uno de ellos; así, si el sitio web de un cliente consume una gran cantidad de recursos porque tiene un pico de tráfico, el resto de clientes del servidor se verán afectados.
Por otro lado, el servidor de hosting dedicado. En él un único cliente dispone de la totalidad del servidor físico en cuestión, por lo que puede gestionar sus recursos como mejor le convenga.
Y, por último, a medio camino entre los dos anteriores, el VPS. De la misma manera que en el alojamiento compartido, en un mismo servidor físico se alojan varios sitios web y dominios. No obstante, cada cliente tiene un contenedor independiente. Por lo tanto, el ambiente es bastante similar al que proporciona un servidor dedicado, pero con alojamiento compartido.
Pongamos como ejemplo un cliente que necesita 1.000 recursos para su sitio web. Quizá no le interese pagar por un servidor dedicado, el cual le ofrece 3.000 recursos para él solo; pero tampoco quieran un alojamiento compartido en el que otro cliente pueda consumir parte de sus recursos. Por lo tanto, en este caso, el VPS se adapta de manera precisa a lo que necesita; una partición independiente con 1.000 recursos disponibles que puede administrar y gestionar como mejor le parezca.
Cuando se tiene un determinado sitio web, es habitual dudar entre si merece o no la pena apostar por un VPS administrado o no. Pues bien, tal y como hemos señalado anteriormente, cuando se comienza un determinado proyecto lo más habitual es contratar un alojamiento compartido. El tráfico del sitio no es demasiado elevado; por lo tanto, si otro sitio alojado en mismo servidor físico consume una gran cantidad de recursos, éste nos se ve afectado porque no necesita de demasiados recursos para funcionar correctamente.
Sin embargo, cuando el sitio web crece y tiene un volumen de tráfico mayor, el alojamiento compartido puede suponer un problema. Vivimos en la era de la inmediatez, de manera que, cuando los usuarios navegan por Internet, no están dispuestos a esperar más de 3 segundos a que se cargue un sitio web. Así, si el sitio web en cuestión tiene un volumen de tráfico considerable y al mismo tiempo otro sitio alojado en el mismo servidor está consumiendo una cantidad de recursos excesiva, el tiempo de carga será muy alto y los usuarios no estarán dispuestos a esperar.
Aunque lo cierto es que depende de una gran selección de factores, se toma como medida que es recomendable apostar por un VPS a partir de las 30.000 visitas diarias. Claro que no es lo mismo un sitio web con este volumen de visitas, las cuales estén concentradas en 5 horas, que otro que tenga el mismo número de visitas al día, pero repartidas de forma equitativa durante las 24 horas. Ningún alojamiento compartido puede sostener más de 100 usuarios conectados al mismo tiempo, aproximadamente.
Por otro lado, un servidor VPS no administrado será menos costoso mensualmente, pero todo de la administración recae en el usuario. Aquí se puede apreciar los distintos planes existentes para VPS No Administrados:
Generalmente, la gran mayoría de propietarios de un determinado sitio web comienzan su proyecto con un plan de alojamiento compartido. La solución idónea para sitios pequeños que no tengan un volumen de tráfico elevado. A medida que el sitio web va creciendo, se hace necesario pasarse a un servidor VPS.
A continuación, para resumir todo lo planteado con anterioridad, te señalamos cuáles son las principales ventajas de los VPS Server.
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Y, por último, en lo relacionado con la disponibilidad, con Axarnet, tu VPS cPanel siempre estará disponible, sin ningún tipo de caída y, además, funcionará de una manera más veloz gracias a los servidores con procesadores de última generación.
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