DDoS son las siglas de “Distributed Denial of Service”. Traducido al castellano, significa literalmente “Ataque distribuido denegación de servicio”. Esto es, un ataque dirigido al servidor desde un gran número de ordenadores para que éste quede inoperativo. A continuación, desde Axarnet, te explicamos de una manera más detallada qué es, cómo se produce y cómo evitar un ataque DDoS.
El ataque DDos también recibe el nombre de ataque de denegación de servicio. Su principal objetivo es inhabilitar el uso de un determinado sistema o infraestructura para que no pueda prestar el servicio para el que está destinado. El ataque puede ir dirigido a la red informática o al servidor web, por ejemplo.
Todos los servidores web tienen capacidad para dar respuesta a un determinado número de conexiones al mismo tiempo. Cuando se supera este número, su funcionamiento se ralentiza, e incluso puede llegar a bloquearse y desconectarse.
Se diferencian dos tipos de técnicas en estos ataques cibernéticos.
El ataque de denegación de servicio con mayor relevancia a nivel internacional hasta el momento tuvo lugar el pasado año 2018, contra una plataforma de proyectos en cooperación. El sitio web dejó de funcionar durante aproximadamente 10 minutos. ¿La razón? Recibió 1,35 terabits por segundo de información.
En cualquier caso, ante un ataque DDoS, el servidor no vuelve a su actividad normal hasta que finalice el mismo, lo cual puede darse por dos motivos. Por un lado, que los expertos en seguridad informática sean capaces de detener el ataque. Y, por otro lado, que sean los propios cibercriminales quienes decidan acabar con el mismo.
Teniendo en cuenta el principio básico de DDos, llevar a cabo un ataque de este tipo es relativamente sencillo. Sería suficiente con que un gran número de personas recarguen una determinada web de forma continua. No obstante, las herramientas que utilizan los ciberatacantes son más complejas.
Así consiguen crear numerosas conexiones al mismo tiempo. Una de las últimas técnicas utilizadas es la de enviar paquetes alterados con IP falsas, de modo que es imposible averiguar quién es realmente el atacante.
También es frecuente el uso de botnets. Son redes de equipos informáticos infectados por un troyano, y que los hackers pueden controlar de manera remota. Así, los usuarios que saturan el servidor ni siquiera saben que lo están haciendo, y mucho menos que son partícipes de un ataque DDos. Puedes ver más info sobre esto aquí.
En ocasiones resulta muy complicado saber que se está sufriendo un ataque de este tipo, incluso si el sitio web está caído. Y es que la caída del servidor puede deberse a otras muchas causas que nada tienen que ver con un ataque DDos.
Es importante prestar especial atención al tiempo que el servicio está caído. Si el problema dura varios días en lugar de darse en un pico determinado de tiempo, hay que valorar la posibilidad de un ataque de denegación de servicio.
Uno de los parámetros a analizar es si una misma IP está consultando los mismos datos antes de que el Tiempo de Vida haya llegado a su fín. De ser así, podría ser un claro indicativo de un ataque DDos. No obstante, en muchos casos es complicado detectarlo ya que los ciberatacantes se encargan de generar tráfico desde un amplio abanico de fuentes distintas.
Aunque un ataque DDos, la consecuencia más grave para una empresa es la pérdida de seguridad y confianza por parte de los usuarios. La razón es que la disponibilidad del sitio web es fundamental para obtener una buena experiencia por parte de los potenciales clientes para una compañía. Así, cuando los usuarios no pueden acceder al sitio web su experiencia de uso resulta muy negativa.
Una encuesta llevada a cabo por Corero Network Security, destaca que el 52% de las empresas señala la pérdida de confianza de sus clientes como la consecuencia más perjudicial de un ataque de este tipo. Además, el 22% afirma que el ataque DDos ha obstaculizado en gran medida la generación de ingresos. El 20% indica que son los virus causados por malware como la peor consecuencia. Y el 11% señala que ha sufrido robo de datos.
El principal objetivo de este tipo de ataques es bloquear los sitios web e infiltrarse en los mismos a través de la saturación del servidor de origen. De no frenar el ataque, las consecuencias para el sitio web en cuestión pueden ser muy negativas: lentitud en el proceso de carga de las páginas del sitio web, bloqueo del tráfico al sitio web…
Por desgracia, los ataques DDoS son cada vez más frecuentes, de manera que los departamentos de TI de las compañías están haciendo cada vez mayores esfuerzos por planificar la detección y paralización de los mismos.
Evitar el ataque de denegación de servicio no es tarea en absoluto sencilla. En la gran mayoría de casos se reciben solicitudes de numerosas redes distintas, de modo que resulta complicado saber cuáles de ellas son de clientes reales, y cuáles son bots.
A continuación señalamos algunos tips que merece la pena tener en cuenta para defenderse de un ataque de un ataque DDoS:
En una organización, es clave contar con los recursos necesarios tanto para prevenir el ataque DDoS como para actuar ante él. La seguridad informática es un tema al que hay que prestar la mayor atención en pleno siglo XXI.
El botnet Hajime fue detectado por primera vez en octubre del año 2016. Pues bien, actualmente es una de las mayores preocupaciones de expertos en seguridad informática de todo el mundo. Desde hace apenas un año, este malware ha evolucionado a pasos agigantados, desarrollando técnicas de propagación cada vez más complejas y peligrosas. Los datos actuales apuntan a casi 300.000 dispositivos infectados en todo el mundo.
Hajime no cuenta con ningún código o funcionalidad de ataque; se trata únicamente de un módulo de propagación ya que es un tipo de malware muy avanzado y cauteloso; utiliza una gran selección de técnicas y ataca especialmente a las contraseñas de los dispositivos para infectarlos y tomar la identidad de las víctimas. Es de esta manera cómo el dispositivo pasa a formar parte en la red de botnet.
Una de las peculiaridades de este botnet es que no ataca a un determinado tipo de dispositivos; está dirigido contra todos aquellos que tengan conexión a Internet.
Algunos expertos en este tipo de ciberdelitos aseguran que otros ciberdelincuentes están a punto de hacerse con el control de este bonet, lo que podría desencadenar un ataque masivo como el que tuvo lugar el mes de octubre de 2016.
En pleno 2019, los casos de hackeo en todo el mundo crecen a pasos agigantados. Por lo tanto, es indispensable invertir los máximos recursos posibles, tanto económicos como de capital humano, en ciberseguridad. Hacerlo puede suponer la diferencia entre un intento de ataque DDos y un ataque DDos exitoso que sature el servidor y haga caer el sitio web de la compañía.
Imagina que tienes una tienda física, de esas de toda la vida. Es pequeña, acogedora y siempre tienes una cantidad manejable de clientes que entran y salen durante el día. Ahora, imagina que, de repente, un día, un grupo gigantesco de personas decide entrar a tu tienda al mismo tiempo.
No tienen intención de comprar nada, solo están allí para ocupar espacio. Se amontonan en la puerta, bloquean la entrada y no dejan que los clientes reales entren. Tu tienda, que normalmente funciona sin problemas, ahora está colapsada, y no puedes atender a los clientes que de verdad quieren comprar algo.
Esto, en términos muy simples, es lo que ocurre durante un ataque DDoS.
Te preguntarás, ¿quién haría algo así? Bueno, los ataques DDoS pueden venir de varias fuentes. A veces, son hackers que quieren chantajear a una empresa pidiendo dinero a cambio de detener el ataque. Otras veces, son competidores desleales que buscan sacar ventaja, o incluso personas que solo quieren causar problemas por diversión.
Un ataque DDoS es como una estampida de visitantes no deseados en tu página web. No se trata de fallos técnicos normales, sino de un ataque deliberado para hacer que tu sitio deje de funcionar correctamente. Es importante estar preparado y saber qué medidas tomar para minimizar el impacto y mantener a tus clientes satisfechos.
Además de las medidas básicas que ya hemos mencionado, hay algunas estrategias adicionales que pueden ayudarte a mitigar un ataque DDoS y mantener tu sitio web en funcionamiento:
Uso de una CDN (Content Delivery Network):
Una CDN es una red de servidores distribuidos geográficamente que trabajan juntos para entregar el contenido de tu sitio web de manera eficiente. En caso de un ataque DDoS, una CDN puede distribuir la carga entre varios servidores, haciendo que sea más difícil para los atacantes saturar un único punto. Además, las CDNs tienen mecanismos propios para detectar y filtrar tráfico malicioso.
Implementación de un WAF (Web Application Firewall):
Un WAF es como una barrera de seguridad adicional para tu sitio web. Filtra y monitorea el tráfico que intenta acceder a tu web y bloquea las solicitudes sospechosas antes de que lleguen a tu servidor. Esto es especialmente útil contra ataques que intentan explotar vulnerabilidades específicas en tu aplicación web.
Monitoreo constante del tráfico:
Contar con un sistema de monitoreo continuo te permite identificar patrones inusuales de tráfico antes de que se conviertan en un problema grave. Esto puede ayudarte a reaccionar rápidamente y aplicar medidas preventivas antes de que el ataque cause un daño significativo.
Redundancia y balanceo de carga:
Tener una infraestructura redundante con múltiples servidores y un sistema de balanceo de carga es una excelente manera de mitigar los ataques DDoS. Si un servidor se ve afectado, el balanceador de carga redirige el tráfico a otros servidores, asegurando que tu sitio web siga disponible.
Plan de respuesta ante incidentes:
Es fundamental tener un plan de respuesta bien definido para saber exactamente qué hacer cuando ocurre un ataque DDoS. Este plan debe incluir a todas las partes involucradas, desde el equipo técnico hasta el de comunicación, para asegurar una respuesta coordinada y efectiva.
Estas medidas adicionales no solo refuerzan la seguridad de tu sitio web, sino que también te dan la tranquilidad de saber que estás preparado para enfrentar uno de los tipos de ataques más comunes y devastadores en la actualidad.
Los ataques DDoS son una amenaza real y cada vez más común en el mundo digital. Entender cómo funcionan y conocer las medidas que puedes tomar para protegerte es crucial para mantener tu sitio web operativo y seguro.
Si bien estos ataques pueden parecer complejos, con las herramientas adecuadas y un buen plan de acción, es posible mitigar sus efectos y proteger la integridad de tu negocio. Desde implementar soluciones técnicas como CDNs y WAFs, hasta mantener una vigilancia constante y estar preparado para actuar rápidamente, cada acción cuenta.
No olvides la importancia de la prevención y de estar siempre un paso adelante. Asegúrate de que tu equipo esté capacitado y que tu infraestructura esté preparada para enfrentar cualquier desafío.
En un mundo donde la seguridad en línea es más importante que nunca, invertir en protección contra ataques DDoS es una decisión que puede marcar la diferencia entre un pequeño contratiempo y una gran crisis.
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