El desarrollo ágil de software es una de las principales tendencias en el ámbito tecnológico. Fue en la década de los 80 y los 90 cuando nació una metodología estructurada para el desarrollo y la implementación de software, que recibió el nombre de modelo en cascada. Según el mismo, todos los proyectos se gestionaban siguiendo cinco pasos básicos: requisitos, diseño, implementación, análisis y mantenimiento.
Qué es el desarrollo ágil de software: principales metodologías y principios
No obstante, a medida que la sociedad evolucionaba, y la tecnología con ella, muchos desarrolladores y programadores se percataron de que el modelo en cascada resultaba muy tedioso. Fue así como nació el germen del desarrollo ágil de software. Una metodología innovadora que permite a los expertos adaptar las soluciones a sus necesidades, y no al revés. De este modo, la capacidad de adaptación a los requisitos que exige el mercado es mayor.
Por lo general, este tipo de proyectos se dividen en partes más pequeñas. el equipo de desarrolladores trabajan en ellas de forma progresiva, dividiendo cada una de las partes en otras más reducidas, priorizando y agrupando tareas. De este modo, cada vez que completan una de las partes, los desarrolladores deben tener un producto que enviar al cliente, de modo que este lo pueda probar. Así, el software final se adapta de forma precisa a sus necesidades.
El desarrollo ágil de software se basa en seis pasos fundamentales, que cubren la totalidad del ciclo de vida del programa: planificación, estudio de requisitos, diseño, codificación, evaluación y documentación. En cada una de las interacciones, el equipo responsable del desarrollo no entrega la totalidad del software. Se van añadiendo pequeños elementos probados y evaluados, que en conjunto forman el programa.
El trabajo en equipo es fundamental. El desarrollo ágil evita las reuniones trascendentales que se llevan a cabo al finalizar el proyecto, las cuales en muchos casos ralentizan la implementación del software. En cambio, opta por los encuentros informales a lo largo de todo el proceso, desde las primeras etapas de planificación y estudio de requisitos.
Desarrollar un determinado software siguiendo el modelo de cascada implica finalizar un proceso antes de continuar con el siguiente. Esta forma de proceder implica acelerar los trabajos, reduciendo así la calidad, con el objetivo de cumplir los plazos establecidos con el cliente.
Sin embargo, siguiendo la metodología de desarrollo ágil, se trabaja en diversos elementos de forma paralela. De este modo, los miembros que forman el equipo tienen la posibilidad de ir paulatinamente validando y comprobando pequeños elementos del proyecto antes de realizar la entrega final, garantizando así la máxima calidad y los mejores resultados.
Principios del desarrollo ágil
Los principios básicos sobre los que se fundamenta el desarrollo ágil son tres.
Individuos y procesos: en primer lugar, el capital humano prima ante los procesos y herramientas. Por lo tanto, todo el proceso de desarrollo gira en torno a la satisfacción de las necesidades concretas de los usuarios.
Cliente: por supuesto, la colaboración del cliente en todas y cada una de las etapas que forman parte del proceso es muy importante. Por lo tanto, la relación entre el cliente y el equipo de desarrolladores debe estar basada en la confianza mutua.
Adaptación: otro de los principios básicos es la capacidad de adaptación. Es precisamente el mercado del Siglo XXI uno de los más variables y, además, los cambios se producen a una velocidad cada vez mayor.
Así, el desarrollo ágil de software se apoya en la entrega anticipada, realizando entregas de programas en funcionamiento desde las dos semanas. Además, responde de forma precisa a los requisitos cambiantes, tanto del mercado como de los clientes. El principal factor para evaluar su rendimiento es el funcionamiento del software.
Y, por último, cabe destacar la importancia de la simplificación para evitar que tanto el software como el proceso de desarrollo no sean demasiado complejos.
Principales metodologías de desarrollo ágil
Para que las metodologías de desarrollo ágil se puedan considerar como tal, es requisito imprescindible que cumplan estos cuatro aspectos. Por un lado, los individuos y las interacciones que llevan a cabo entre ellos son más importantes que los propios procesos y las herramientas. Por otro lado, prima que el software esté implementado y funcionando. Además, es importante prestar atención a la colaboración continua con el cliente. Y, por último, resulta esencial la respuesta adecuada al cambio, adaptándose a las necesidades cambiantes, tanto del cliente como del mercado. Es decir, hay que eliminar cualquier tipo de tarea que no sea necesaria.
Se pueden diferenciar diferentes metodologías de desarrollo ágil, cada una de ellas con sus propias características y ventajas. En función del proyecto a desarrollar y de las necesidades concretas del equipo de desarrolladores, se puede optar por una u otra.
Scrum: Scrum ofrece un marco de trabajo para el desarrollo, la entrega y el mantenimiento de programas relativamente complejos. Se trata de una de las metodología de desarrollo ágil de software más demandadas en la actualidad.
eXtreme Programming: un entorno que permite el desarrollo de software complejo y de gran calidad.
Kanban: Kanban es un sistema de información que controla el desarrollo de todos los procesos necesarios en cada una de las etapas que implica la elaboración de un proyecto de este tipo.
Test-Driven Development: Test-Driven Development supone un proceso de desarrollo ágil basado en la repetición durante el ciclo de pruebas del software.
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